EL ERMITAÑO

Originalmente el ermitaño era un monje que fijaba su misión en el cuidado y protección de una ermita dedicada a algún santo y, por lo general, en algún territorio despoblado y poco visitado. El retiro del ermitaño se consideraba parte de su vida espiritual y de su entrega cristiana. Según ciertas leyendas, algunos de ellos eran encerrados voluntariamente en una sala situada en lo alto de las ermitas.

También se ha dado el nombre de ermitaños a ciertas órdenes religiosas como las de San Pablo, San Jerónimo o San Agustín.


Meditación:

Me entrego en cuerpo y alma a la sabiduría y a la ayuda a los demás, porque así lo dicta mi conciencia.

En la medida que de así recibiré.

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